El domingo pasado, una vecina nos invitó a acompañarla a una obra de teatro infantil, que organizaban unas amigas suyas cerca de donde vivimos. No dudamos ni un instante en decirla que si, porque tanto a Pedro como a mi nos encanta el teatro y es algo que queremos compartir con Pablo.
La mañana se avecinaba muy alegre porque en cuanto Pablo vio a sus amiguitas de juego y parque, se puso súper contento y no hacía más que bailar al ritmo de la música que habían puesto para animarnos la espera.
Las puertas del teatro se abrieron, todos los peques empezaron a pasar, Pablo se sentó entre sus amiguitas pero en cuanto vió aparecer a los duendes, empezó a poner cara de "susto" y comenzó el llanto...¡qué chasco! con lo bien que parecía que iba todo...
Quizás es todavía un poco pequeñito para estos temas, ¿que pensáis? ¿vosotr@s habéis llevado a vuestros peques a este tipo de eventos? Nosotros perserveraremos, aunque para la próxima no habrá disfraces ;).
¡Feliz Miércoles!
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